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Lubricantes industriales: por qué no todos valen en la industria alimentaria

13/07/23

El mercado de los lubricantes industriales es muy amplio y si hablamos de aquellos que se emplean en la industria alimentaria, su uso está muy regulado, por razones de seguridad.

Un lubricante industrial puede contener sustancias tóxicas para el consumo humano, así que hay que tener mucho cuidado con los que se aplican en la producción de alimentos. Por este motivo, las autoridades sanitarias realizan inspecciones para detectar el uso de productos no permitidos.

Lubricantes industriales

Qué son los lubricantes industriales

Las piezas de las máquinas industriales se mueven y eso hace que se produzca fricción entre ellas. Cuando son metálicas, ese rozamiento las puede deteriorar en poco tiempo y, para evitarlo, se emplean lubricantes industriales.

Con ellos, la fricción se reduce o se elimina por completo, de forma que las máquinas duran más tiempo, no se calientan y se disminuye la posibilidad de incendios por aumentos de la temperatura, entre otros problemas a evitar.

Estos lubricantes pueden estar compuestos por aceites base, aditivos o espesantes, una composición que siempre depende de los requisitos de las máquinas y del sector donde se aplican.

Tipos de lubricantes industriales

Cuando hablamos de lubricación industrial no nos referimos solo a un tipo de producto. La lista sería casi infinita, pero los siguientes son algunos de los lubricantes industriales más comunes.

Aceites lubricantes

Son los más empleados y se componen de aceites base que pueden ser minerales, sintéticos o vegetales. No son puros, ya que cada fabricante les añade una serie de aditivos que mejoran sus propiedades.

Están clasificados de acuerdo a diferentes grados de viscosidad, puesto que cada máquina es distinta y mientras unas necesitan aceites muy líquidos, otras los requieren con una densidad mayor.

Grasas lubricantes

Se parecen a los anteriores porque también se hacen con aceites base. A ellos se le añaden espesantes como el calcio, la poliurea o el jabón de litio, que cambian su comportamiento y su aspecto.

Son excelentes cuando deben resistir altas temperaturas, condiciones extremas o hace falta que se adhieran a determinadas zonas. Se pueden poner incluso en piezas verticales, con la seguridad de que la grasa no se va a deslizar por efecto de la gravedad.

Lubricantes sintéticos

A la hora de fabricarlos se emplean procesos químicos. Esto significa que poseen propiedades muy superiores a los aceites minerales. Tienen una gran estabilidad térmica, apenas se oxidan y funcionan en un enorme rango de temperaturas.

Estamos ante los más útiles cuando las máquinas trabajan con una carga muy alta y a velocidades elevadas, lo que no es raro en muchas fábricas.

Aerosoles lubricantes

Las áreas que hay que lubricar no siempre son accesibles. Es cierto que las máquinas industriales se diseñan con el fin de que el mantenimiento sea sencillo, pero pueden quedar zonas fuera del alcance.

Para esos casos tenemos los lubricantes en aerosol, cuya principal ventaja es que se aplican de una forma muy fácil. Dentro del bote puede haber aceite lubricante, grasas o lubricantes secos.

Lubricantes secos

Se presentan en forma sólida o en polvo y se aplican mediante espolvoreado, rociado o pincelado justo encima de la superficie a lubricar.

Hay casos en los que los líquidos no son compatibles, por ejemplo, porque son contaminantes, y aquí es donde entran estos lubricantes secos, que no escurren.

Lubricantes alimentarios

Cuando se trata de máquinas en las que se procesan alimentos, los lubricantes alimentarios deben ser especiales.

Por eso, se emplean unos específicos, con varios grados, como explicamos en este artículo sobre qué son los lubricantes alimentarios , que dependen de si pueden entrar en contacto o no con los diversos alimentos.

¿Son todos aptos para la industria alimentaria?

En la industria alimentaria no se puede usar cualquier lubricante. De hecho, hay leyes muy restrictivas que señalan qué tipo de lubricantes hay que utilizar en cada caso.

Estos tienen la misma función que hemos visto antes, pero se pueden llegar a colocar en los moldes de los alimentos para reducir los tiempos de producción y aumentar el beneficio de la fábrica.

Los lubricantes alimentarios se dividen en tres grados, 1, 2 y 3, dependiendo de las posibilidades que tengan de entrar en contacto directo con los alimentos.

De este modo, el de grado 1 está pensado para cuando pueda haber contacto accidental. El lubricante Cassida de grado 2 está destinado a aplicaciones en las que no habrá contacto posible. Por último, el grado tres se puede aplicar en contacto directo con los alimentos.

No hay que olvidar que en el caso de los lubricantes de grado 2, su composición está limitada. Pese a que no van a tocar los alimentos, se prohíbe que lleven sustancias que puedan ser cancerígenas y mutágenos.

En resumen, vemos que hay multitud de lubricantes industriales, tanto líquidos, como en spray o incluso en polvo. Su composición es muy diferente y depende de dónde se vayan a usar. Los que están destinados a la industria alimentaria como el cassida fluid hf 46  son lubricantes que, generalmente, pueden tener contacto directo con los alimentos.

jose antonio garcia mompeán
CEO Gargil Suministros Industriales | + posts

Jose Antonio Garcia Mompeán es Ingeniero Técnico Industrial y Director de Gargil Suministros industriales desde el año 2005