Qué es el fluido hidráulico y su importancia en un proceso industrial
El fluido hidráulico está presente en numerosos procesos industriales. Es el responsable de que muchas máquinas funcionen durante todo el día sin parar, haciendo una enorme cantidad de movimientos sin calentarse.
Este fluido está presente tanto en las máquinas fijas de producción como en las móviles y, sin él, las fábricas tendrían serios problemas para funcionar con normalidad.
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Qué es el fluido hidráulico
Dentro de la composición de los circuitos hidráulicos, este fluido es fundamental, ya que se emplea para transmitir la energía desde una fuente hasta un actuador.
La fuente suele ser una bomba hidráulica como las bombas peristálticas, mientras que el actuador puede ser un cilindro o un motor que funciona con esta tecnología. Dicho de otro modo, este fluido permite el movimiento de las máquinas industriales sin que se produzcan fricciones.
Por supuesto, debe tener algunas características, ya que no vale cualquier fluido. Una de las principales es que es incompresible, lo que significa que cuando se le aplica presión apenas se comprime.
Otra de sus peculiaridades es la viscosidad. Gracias a ella se puede controlar el movimiento de las máquinas de una manera muy precisa, además de que esta propiedad dificulta las fugas.
A la hora de usarlo conviene distinguir el aceite del fluido. Se suelen utilizar los dos términos para designar a ambos productos de forma indistinta, pese a que son diferentes.
Cualquier aceite hidráulico es un tipo de fluido. Este tiene unas características concretas como son sus propiedades de lubricación y la protección contra la oxidación y la corrosión como en el lubricante alimentario cassida fluid gl 150
A su vez, un fluido hidráulico no tiene por qué ser un aceite, ya que a diferencia del aceite hidráulico en su composición puede haber otros ingredientes. Estos son el agua, las emulsiones o incluso los gases.
Para qué sirve y su importancia en un proceso industrial
Los aceites hidráulicos se emplean a la hora de transmitir energía. Permiten que sistemas como las prensas, las máquinas de moldeo, las grúas o la maquinaria pesada funcionen de una forma correcta.
Hay varias maneras de poder transferir esta energía necesaria, pero los circuitos hidráulicos tienen una gran ventaja y es que generan mucha fuerza con tamaños compactos.
De este modo, no se necesitan grandes instalaciones para elevar cargas pesadas o realizar labores en las que se requiere una presión muy alta, lo cual es muy apreciado en la industria.
También se emplea a la hora de hacer tareas que necesitan de un movimiento preciso y suave. Por eso, este tipo de fluido es de los favoritos en aquellos trabajos en los que las máquinas deben hacer movimientos precisos y repetitivos.
Así, podemos ver lo versátil que es, puesto que sirve tanto para mover cargas enormes o ejercer grandes presiones y a la hora de hacer movimientos suaves.
Además, no hay que olvidar algo que siempre buscan en la industria como es la sencillez. Este fluido forma parte de sistemas que son muy sencillos, que apenas tienen piezas móviles si los comparamos con los mecánicos y los eléctricos.
Dicho de otra manera, con los aceites hidráulicos se ahorra mucho en mantenimiento. Permiten crear máquinas con muy poco mantenimiento y con un bajo riesgo de fugas.
Cómo funciona el fluido hidráulico
El funcionamiento del fluido hidráulico se basa en lo que se conoce como principio de Pascal, que data del siglo XVII. Este nos dice que si ejercemos presión en un punto de un fluido incompresible (en este caso el fluido o el aceite hidráulico) se transmite de manera uniforme en cualquier dirección.
Como un sistema hidráulico está cerrado, la energía se transmite a donde la necesitamos, de un punto a otro.
Todo comienza en la bomba hidráulica
Estos sistemas tienen una bomba hidráulica que es la que inicia todo el proceso, ya que ejerce una fuerza que comprime el fluido (muy poco). Después, lo envía por las tuberías hacia lo que se conoce como actuador.
En este actuador es donde se ejerce la presión sobre los pistones o los rotores, lo que significa que se produce un movimiento lineal o rotativo y se hace así el trabajo.
Las válvulas controlan el proceso
La presión que ejerce el aceite hidráulico no puede ser lineal, pues entonces no serviría de nada. El flujo debe ser controlado para poder ser dirigido a cualquier parte del sistema.
A su vez, tiene que permitir variar la velocidad de los movimientos, su dirección y la intensidad de estos.
Aquí entran en funcionamiento las válvulas, como la válvula sanitaria bardiani, que son las piezas que consiguen que este tipo de fluido sea tan útil, ya que con ellas podemos emplear el aceite para multitud de tareas.
Gracias al fluido hidráulico, las diferentes industrias pueden llevar a cabo muchos de sus procesos, tanto si requieren de una gran fuerza, como si lo que necesitan son movimientos precisos y delicados. Todo ello sin apenas mantenimiento y en espacios muy reducidos.
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Jose Antonio Garcia Mompeán es Ingeniero Técnico Industrial y Director de Gargil Suministros industriales desde el año 2005