Válvula de asiento: Qué es y cómo funciona

Dentro de los sistemas industriales hay muchos componentes, algunos de ellos poco llamativos, sin los cuales los procesos que conocemos no serían posibles. Un ejemplo de ello lo tenemos en la válvula de asiento. Es una de las válvulas más sencillas que hay, un grifo es un tipo de válvula de asiento, pero a la vez realiza un trabajo encomiable a la hora de controlar los fluidos, siempre de forma confiable y precisa.

Qué es una válvula de asiento

A las válvulas de asiento también se las conoce como «válvulas de globo», y su trabajo es la regulación de los flujos de fluidos en los sistemas de tuberías de las diferentes industrias. La válvula tiene un cuerpo, que es lo que percibimos desde el exterior. Dentro (en la parte que no vemos) posee una abertura en la cual se asienta un disco o un pistón.

El disco se mueve y entonces abre o cierra el paso del líquido, dependiendo de la posición en la que se encuentre.

Funcionamiento de una válvula de asiento

Como suele ocurrir con muchos componentes industriales, las bombas de agua entre ellos, su éxito se debe a lo sencillo que es su funcionamiento, y esto mismo sucede con la válvula de asiento. En estas válvulas, el disco o el pistón es el que se encarga de abrir o cerrar el paso de los fluidos. Si la válvula se cierra, el disco se asienta en la abertura de la válvula y ejerce un bloqueo.

Al contrario, si encendemos la bomba con la idea de que el líquido se mueva, el disco se levanta y deja un agujero por el que corre el fluido. Para mover el disco se emplea un actuador. En las válvulas de asiento más simples, el actuador es manual (como ocurre en muchos grifos), pero también puede ser eléctrico, neumático o hidráulico.

Estos últimos actuadores se colocan cuando se necesita controlar el paso del fluido de manera muy precisa, o también si hay que ejercer mucha fuerza a la hora de mover el disco.

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La válvula de asiento inclinado funciona de la misma forma

Lo dicho vale también a la hora de explicar cómo funciona una válvula de asiento inclinado. En esta, el disco se mueve en un ángulo inclinado (de ahí toma el nombre) con respecto a la abertura del cuerpo de la válvula.

Debido a su construcción, esta se escoge cuando se necesita evitar las turbulencias y se quiere tener un control del flujo muy preciso. Además, el sellado es más efectivo cuando se cierra, minimizando fugas.

Cuáles son las ventajas e inconvenientes de una válvula de asiento

Las válvulas de asiento presentan tanto ventajas como inconvenientes, los cuales conviene conocer y analizar antes de usarlas.

Ventajas

Una de sus mayores ventajas es la versatilidad. De hecho, vamos a encontrar estas válvulas en multitud de industrias, desde la química a la farmacéutica o la alimentaria.

Resisten muy bien las presiones elevadas y las altas temperaturas. Por eso, se pueden emplear en aquellas condiciones más extremas, en esas en las que otras válvulas no aguantan.

El sellado hermético, en especial si nos decantamos por las válvulas de asiento inclinado, es otra de sus cualidades. Una vez cerradas, nos aseguramos de que no haya fugas.

Por último, consiguen regular el flujo de manera muy precisa, controlando muy bien cuánto líquido pasa por el sistema en cada momento.

Inconvenientes

Esta clase de válvulas tiene sus problemas o desventajas comenzando por el mantenimiento, pues requieren de una atención periódica. Esto puede incluir cambiar los asientos de válvulas en los entornos industriales más agresivos.

También hemos de tener en cuenta el coste inicial, ya que por los materiales que se emplean en su construcción y por la manera en la que se diseñan, suelen ser más caras que otras válvulas.

No son pequeñas, lo que puede ser un inconveniente cuando hay poco espacio. Su tamaño va en consonancia al flujo que deben retener y llegan a ser muy pesadas. Eso hay que tenerlo en cuenta a la hora de instalarlas, puesto que hay que dejar espacios grandes con el fin de que quepan y eso no siempre es posible por la maraña de tuberías que presentan algunos sistemas.

Hay que acordarse también del actuador. Esto supone un perjuicio, al sumar complejidad al sistema. Además, muchos actuadores requieren de mantenimiento. Dicho de otro modo, es un coste más a sumar al de la bomba y con el añadido de que se puede estropear.

La válvula de asiento la vemos en la mayor parte de sistemas en los que están implicados los fluidos. Tiene la ventaja de ser capaz de regular muy bien el paso de los líquidos. Por su tipología, consigue cerrarse a la perfección con la ayuda del disco o el pistón, así que impide que se salga el líquido de las tuberías.